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Antonia Quispe Aucafuro, Comunidad campesina de Kaccllaraccay.

Lo que acaba de decir Antonia me hace feliz, de esa emoción de hacer trabajo de campo y encontrarse con una situación que hace sentido. Las formas de apropiación de mi cámara cuando estoy en el terreno constituyen fuentes de información. Se trata de ir más allá de la función ilustrativa de la fotografía haciéndola un método de conocimiento para las ciencias sociales.

Existen distintas actitudes frente a una cámara: 1.) el sujeto no tiene conciencia de que está siendo fotografiado y sus gestos no se ven afectados; 2.) el sujeto tiene conciencia de la cámara y a pesar de seguir actuando de manera normal, sus gestos y posturas pueden verse afectados; y 3.) el sujeto se apropia de la cámara para ponerse en escena. En este último caso, el escenario – espacios, personas, objetos – que se quiere capturar dice mucho del imaginario asociado a ciertas prácticas. El marco de la cámara indica la escena del orgullo.

Vengo investigando para MATER las relaciones sociales entre Mil y las comunidades campesinas vecinas, así como las representaciones de la agricultura a lo largo de las cadenas de producción. Preparar la tierra es la primera etapa de la producción del nuevo año agrícola. Corresponde al mes de agosto, cuando la cosecha ya se acabó y se esperan a las primeras lluvias para empezar a sembrar. La tierra se voltea y se deja descansar de toda actividad.

Un par de días después de la decepción expresada por Antonia, contratamos máquina para voltear la tierra en la chacra de Mil. El tractor traza un surco, una frontera en movimiento rápido que parte la chacra en dos espacios. Nosotros somos muy lentos. Siguiendo el surco pero en el sentido opuesto al tractor, escrutamos con los ojos la tierra en busca de plagas escondidas.

Por una casualidad, Antonia se encuentra entre los miembros de las comunidades que se hicieron presentes ese día. De repente, me acuerdo de su orgullo por trabajar en su chacra “con máquina” – implicando que no se necesite la fuerza del cuerpo para trabajar la tierra. Usualmente, valiéndose del arado, a pesar de la mediación por los animales, el cuerpo del agricultor está involucrado en una cooperación técnica que requiere de mucho esfuerzo físico para guiar el ganado. Con tractor, el cuerpo del agricultor esta disociado, remplazado por el cuerpo de un tercero, sentado, el conductor. Voltear la tierra se convierte en una actividad que conlleva otra técnica, la de conducir.

Asumo que este alivio del cuerpo se asocia con representaciones de modernidad, de progreso, cuando otras técnicas tradicionales y laboriosas del cuerpo se relacionan más al pasado. ¿No es así en todas partes? Suele ser que avances tecnológicos apuntan a ofrecer mayor comodidad para el cuerpo, como por ejemplo el ascensor o el reparto de comida en casa a través de una aplicación.

Veo normal buscar lo que resulta más eficaz. Según el tamaño de una parcela, un agricultor siempre hace el balance entre la ganancia de tiempo y los gastos económicos para tomar la decisión de contratar maquinaria o no. Por lo tanto, herramientas tradicionales como la chakitaqlla se reservan a parcelas mas pequeñas o inaccesibles para el tractor o el arado – cuando no se dejen de usar…

La chakitaqlla es una herramienta prehispánica útil e indispensable en la agricultura andina de terrazas. Una sola vez pude observar una que se había metido entre palas, picos y rastrillos. Fue justamente en los andenes del huerto de Mil, un área más pequeña, en que resultó ser muy eficaz. Me había quedado observando con fascinación a Mario usarla en una serie de movimientos de piernas y brazos para mi ilegibles e irreproducibles. Modesta y un niño también se habían quedado observando la precisa y exitosa técnica del señor Mario.

Estas consideraciones me hacen recordar la frase del antropólogo Marcel Mauss : “Llamo técnica un acto tradicional eficaz”[1]. Se transmite de generación en generación por imitación: niños o adultos reproducen actos exitosos que vieron cumplir por los demás. Es en la mediación por el otro que radica la dimensión social de las técnicas del cuerpo, hasta para las que nos parecen las más naturales como la manera de caminar, correr, sentarnos. Participando en distintos trabajos de preparación de la tierra, siempre equipada con mi cámara, empecé a acumular una serie de fotos de personas en tareas de chacra. La práctica de la fotografía me permite tener una lectura de los cuerpos en el espacio que tal vez hubiera escapado a mi entendimiento si hubiese trabajado todo el tiempo. Extraerme de vez en cuando para tomar una foto me permite capturar posturas, cooperaciones y recorridos necesarios al cumplimiento del trabajo.

En la chacra de Mil, la tecnología de la máquina ha remplazado la tecnicidad de los cuerpos… sólo para este momento. Y después del paso del tractor, queda otra tarea ardua: la de destruir los terrones con pico. Esta herramienta me recuerda a mi infancia, a mi abuela más precisamente, haciendo jardinería en su casa en el sur de Francia. Yo tenía una versión miniatura del pico que me servía de herramienta y juguete. Entiendo ahora que jugando a imitarla estaba educando mi cuerpo a una técnica que hoy me serviría.

Sabiendo que todos están esperando comprobar mi destreza para el uso del pico, empiezo a golpear la tierra con fuerza y regularidad. Me observan un rato, aprueban mis gestos, y vuelven a concentrarse en su tarea. Me siento como si hubiera aprobado un examen de ingreso.

En ciertas partes la tierra esta dura como la piedra y me canso. Me siento un poco ridícula constatando que me salen ampollas en la mano. Aprovecho y cambio pico por cámara un rato. Veo a un grupo de tres personas que en sus posturas expresan también cansancio. Gabina ha dejado su pico en el suelo y se está mirando las manos, asumo que a ella también le duele. Leonarda descansa apoyada en el mismo pico que se volvió bastón por unos minutos. Gabino, espalda doblada, sigue golpeando la tierra. No me ven e intento captar ese momento de cansancio general.

Ya vamos en la mitad de la chacra cuando me doy cuenta que nuestros cuerpos han trazado un recorrido muy ordenado. Así fue desde el principio sin que me dé cuenta? No estoy muy segura. Ahora, formamos una línea de personas avanzando juntas, hablando y bromeando, rastreando como si fuéramos uno solo, en un mismo movimiento, un pedazo importante de la chacra. Me extraigo de esta mecanización general y me quedo observando la serie de movimientos que a veces entre todos consigue sincronizarse.

Lo que a menudo se relaciona con una idea de modernidad también puede ser lo propio de las técnicas tradicionales. ¿Qué es una técnica material sino el uso de una herramienta llevada a su máxima potencia, rentabilidad, eficacia? Y hoy, observando la cooperación ordenada y eficaz de la cual hacía parte, entendí que también existe una técnica del trabajo colectivo.

En la chacra de Mil Centro (Moray, Agosto 09, 2019) Foto: Céline Morançay

De la técnica a la tecnificación, los que creen en el relato del progreso verán una flecha irreversible que lleva de un pasado arcaico y estable a la modernidad. Pero, por su dimensión social, las técnicas siempre estuvieron sujetas a ajustes, adaptaciones, transformaciones. La integración de nuevos elementos sólo redibuja el tipo de relaciones sociales que la chacra ofrece.

En la colaboración de hoy, mientras compartíamos el mismo esfuerzo físico, sentí que íbamos formando un colectivo que a lo largo del día sellamos compartiendo chicha de jora. Y es justamente porque la chacra es un espacio de socialización que es un espacio crucial para mi integración y mi investigación.

[1] MAUSS MARCEL, Sociologie et anthropologie, Presses Universitaires de France, Paris, 1968 (Articulo originalmente publicado en Journal de Psychologies, 15 de marzo – 15 de abril 1936).

Céline Morançay
Autor del equipo Mater

Socióloga Céline es una antropóloga franco-peruana; se ha dedicado a la investigación en ciencias sociales en el IHEAL- Instituto de Altos Estudios de América Latina de La Sorbonne en París. Especializada en historia y en antropología, también le apasiona la fotografía. Actualmente viene desarrollando un proyecto de investigación en Perú para Mater Iniciativa usando métodos de la antropología con la práctica de la fotografía para foto-documentar las cadenas de producción alimenticias, apuntando a entender los retos de la producción agrícola para los pequeños productores en la región de Cusco, así como las relaciones sociales que surgen alrededor de los cultivos.

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