Ni bien llegamos, escucho que alguien grita mi nombre. Rápidamente volteo y dentro de un grupo de personas que se encontraban sentadas ya disfrutando de la chicha, se levanta Elvis; un maestro constructor, al que tuve el placer de conocer un tiempo atrás en el valle. Me cuenta un poco de como fue crecer en esta comunidad y de como ha cambiado todo con el pasar del tiempo. Ver su sonrisa me hacía sentir en casa. Detrás de él aparece Giovanna (presidenta del comité especializado de trabajos en MIL) con un vaso de chicha que ofrece a cada uno de nosotros para darnos la bienvenida. Lo recibimos, le agradecemos a la pachamama y continuamos con el recorrido.

Foto: Erick Andía

Foto: Erick Andía

Foto: Erick Andía
Al lado, frente a la iglesia, habían niños siendo niños, jugando y gritando con una pelota, brillando con sus sonrisas e interpretando el día. Algunos observando, sin comprender a estos extraños que llegan a compartir la celebración. Unos metros mas allá, las ovejas y toros que participarán en la competencia están siendo preparados para cuando el jurado haga su aparición.
Una sorpresa nos esperaba. Nos tocó ser parte del jurado del concurso gastronómico. Cuatro participantes nos mostraron distintos platos de la zona. Empezamos degustando el potaje Yuyo Haucha que nos ofreció la señora Maria Meza (ganadora), antes de probarlo nos contó con una sonrisa sobre la preparación: “Primero recojo el yuyo, se pica y hierve con soda, se cuela y exprime. Luego hago el aderezo con cebolla, ajo y chicchipa, lo acompaño con Nabo cortado y papa sancochada”. Yo la observaba mientras explicaba, imaginando los sabores que este potaje me ofrecería y cuando pude ya probarlo sentí todo el esfuerzo y cariño que Maria había puesto en su preparación, exquisito!

Foto: Erick Andía

Foto: Juan José Bueno

Foto: Erick Andía

Foto: Juan Jose Bueno
A continuación, Elva nos ofrece un plato típico Chiriuchu, cuy al horno con torrejas de maíz, queso y cochayuyo (alga marina). Hasta el día de hoy, no puedo olvidar las torrejitas que me transportaron a mi época escolar donde mi Mamá nos preparaba estas por la tarde como parte de nuestro snack. Cuando creímos que habíamos terminado nuestro recorrido por el paraíso la señora Belén Quispe nos ofrece un plato de chaquepa (trigo) con mote y unos tamalitos dulces que no dudamos en aceptar. Debo decir que fue muy difícil elegir al ganador ya que todos los platos nos encantaron y cada uno nos transportó a distintos momentos vividos.

Foto: Juan José Bueno
La música nos acompañó todo el tiempo y vi la oportunidad, no pude resistir salir y dejar un poco de mi esencia al ritmo del huayno junto a Eva (segundo puesto en el concurso de gastronomía), dimos vueltas y vueltas mientras compartimos sonrisas y miradas. Un lugar donde las palabras no significan nada. Con esto llevo nuevos pasos para mi repertorio.
Alrededor de las 3:30pm nos tocó regresar al restaurante a donde llegamos con una sonrisa inmensa y ganas de contarles a todos la experiencia recién vivida. Una vez más me toca agradecer a la vida por permitirme estar en estos lugares tan maravillosos donde cada día aprendo acerca de la humildad y la pasión.

Foto: Erick Andía

Foto: Erick Andía